UN CASO TORTUOSO (The twisted thing, 1966)
Autor: Mickey Spillane
Serie: Caimán nº 425
Edita: Diana, México, 1968
Mike Hammer, el rudo detective privado, es contratado para rescatar al hijo de un científico. El chico ha sido criado de manera especial para desarrollar todas sus habilidades intelectuales y a sus catorce años ya es un genio en muchas áreas intelectuales. Hammer logra rescatarlo rápidamente pero, a partir de ahí, las cosas empiezan a retorcerse: el padre es asesinado de un hachazo luego de salir intempestivamente a la casa de su ayudante, esta desaparece isn dejar rastro y un monton de personas parecen estar persiguiendo algo, haciendo que la situación se complique y retuerza de maneras que Hammer nunca hubiera previsto. Sumen extorsiones lésbicas, policías corruptos, familiares deseosos de ganar parte de la herencia y antiguas historias de secuestros infantiles. ¿Resultado? Un caso enrevesado en el que Hammer parece un cobayo metido en el laberinto, golpeando las paredes a ver si logra salir y encontrar la salida.
Esta es mi primera aproximación al detective creado por Mickey Spillane, aproximación que venía precedida por un sinnúmero de expectativas, la mayoría de ellas negativas. Digamos que la crítica del género no ha tratado habitualmente muy bien a Spillane o a su creación. La frase “matón fascista” aparece bastante seguido en sus descripciones. Que es un personaje bastante básico, que resuelve todo sacando confesiones a patadas, que tiene discursos de vigilantismo que harían que The Shadow se sonrojara. Que es una fantasía machista de veteranos de la Segunda Guerra, violento, seductor pese a su fealdad, anticomunista rabioso y absolutamente seugro de estar siempre de lado de los buenos (y de allí su éxito arrollador: sin Mickey Spillane probablemente las novelas de bolsillo como formato para historias originales no hubieran sido lo que fueron o son hoy día, no olvidarse de eso).
Digámoslo tras leer la novela: algo de razón en las críticas hay. Pongo ejemplo este discursito que suelta Hammer en la página 14 del libro:
“Odio a los bastardos que hacen de la sociedad algo de lo que pueden burlarse y hacerla presa. Los odio tanto, que puedo matarlos sin el remordimiento más leve. Los periódicos me insultan y la clase de ratas a quienes arreglo me tienen un miedo letal, pero no me importa un pito. Cuando mato, lo hago en forma legal. Las cortes me acusan de ser impulsivo con mi gatillo, pero no pueden revocar mi licencia, porque lo hago bien. Pienso rápido, disparo rápidamente, he matado a muchos. Y todavía esoty vivo. Así de buen detective soy.”
Y para que quede claro el tipo se despacha a varias personas (incluyendo dos policías… obviamente corruptos claro) sin que le pase nada al final. Porque si los mata, alguna buena razón hubo. Y, por supuesto, nada de usar la cabeza a lo Sherlock Holmes o siquiera a lo Philip Marlowe: todas las pistas se encuentran a golpe de sangre (a veces de él, porque en la novela recibe unas palizas memorables, a veces de otros), sudor (salta, corre, trepa, nada: parece que está en una forma impecable), lágrimas (siempre de los otros ,claro) y un par de momentos que están al borde del “deux ex machina”.
Aún así hay que reconocer que Spillane sabe hacer un libro que uno pasa de hoja en hoja con una fruición notable. Solo tras leerlo y digerirlo uno empieza a buscar las inconsistencias y , sobre todo, reírse un poco de lo descaradamente brutal que es Hammer como detective. Pero la narración es inevitablemente agil y las frases tienen una brevedad pulida que es característica de la mejor novela detectivesca desde Dashiell Hammett. La acción es imparable y mareante lo suficiente para evitar que uno piense en los momentos chapuceros del argumento (que debo decir que tampoco son tantos como eran de temer). Y , sin que el final sea de lo más inesperado, llega a la revelación con mas sorpresa que muchas otras novelas que se hubieran atrevido ocn una historia tan retorcida ocmo la que arma el autor.
Digamos que Spillane hace una hamburguesa literaria bastante digna, aunque con un regusto que puede no ser del paladar de todo comensal. En lo personal creo que seguiré degustándola cada tanto, sin abusar.
Update: Tras escribir la reseña descubri que estan ovela fue escrita originalmente en 1948, e iba a ser la segunda del ciclo Hammer pero por vairos motivos se demoro en salir en 1966. Mas info sobre esto aqui.
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Fabian -